TEMORES EN EL FAVOR
Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro,
Y la cándida víctima levanto,
De mi atrevida indignidad me espanto,
Y la piedad de vuestro pecho admiro.
Y la cándida víctima levanto,
De mi atrevida indignidad me espanto,
Y la piedad de vuestro pecho admiro.
Tal vez el alma con temor retiro,
Tal vez la doy al amoroso llanto;
Que, arrepentido de ofenderos tanto,
Con ansias temo y con dolor suspiro.
Tal vez la doy al amoroso llanto;
Que, arrepentido de ofenderos tanto,
Con ansias temo y con dolor suspiro.
Volved los ojos a mirarme humanos;
Que por las sendas de mi error siniestras
Me despeñaron pensamientos vanos.
Que por las sendas de mi error siniestras
Me despeñaron pensamientos vanos.
No sean tantas las miserias nuestras
Que a quien os tuvo en sus indignas manos
Vos le dejéis de las divinas vuestras.
Que a quien os tuvo en sus indignas manos
Vos le dejéis de las divinas vuestras.
Lope de Vega (1562–1635
No hay comentarios:
Publicar un comentario