Del salón en el ángulo oscuro.
De su dueño tal vez olvidada.
Silenciosa y cubierta de polvo
Veíase el arpa.
De su dueño tal vez olvidada.
Silenciosa y cubierta de polvo
Veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
Como el pájaro duerme en la rama,
Esperando la mano de nieve
Que sabe arrancarla!
Como el pájaro duerme en la rama,
Esperando la mano de nieve
Que sabe arrancarla!
¡Ay! pensé; ¡cuántas veces el genio
Así duerme en el fondo del alma.
Y una voz, como Lázaro, espera
Que le diga: «¡Levántate y anda!»
Así duerme en el fondo del alma.
Y una voz, como Lázaro, espera
Que le diga: «¡Levántate y anda!»
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1970)
No hay comentarios:
Publicar un comentario